Para el 2023, Armenia (Quindío), fue una de las ciudades con la tasa de envejecimiento más altas. Para este periodo, se ubicó en el 83,5 %, cifra superior si se compara con el 2021 y 2022, cuando estas fueron del 78,0 % y 78,3 %, respectivamente.
Y es que precisamente, esta situación puede atribuirse al creciente número de personas que eligen esta ciudad como lugar de retiro después de años de trabajo, así como a la búsqueda de mejores servicios de salud en la región.
No obstante, este cambio demográfico también se ve influenciado por la reducción en la tasa de nacimientos y la emigración de población joven hacia otras ciudades en busca de mejores oportunidades laborales y seguridad.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), todos los departamentos del país, con excepción de Vichada, experimentaron una disminución en el volumen de nacimientos entre 2019 y 2023, con reducciones que alcanzan el -25.0% en algunos casos.
Sin embargo, las garantías para la población mayor son bajas. De acuerdo el informe del Observatorio Laboral y la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, el sistema pensional colombiano falla a la hora de garantizar una pensión para la mayoría de las personas que han alcanzado la edad de jubilación.
“Para el año 2023, solo el 21,33 % de las personas en edad de pensión (57 años en el caso de las mujeres y 62 años en el caso de los hombres) estaban pensionados, lo que representa un descenso de 8 % con respecto a 2021”, resalta el Observatorio.
Nikol Ávila, una de las autoras del estudio, explicó que esta transición hacia tasas de mortalidad y natalidad más bajas ejerce una presión adicional sobre los sistemas de seguridad social y pensiones, exponiendo a los adultos mayores a una mayor situación de dependencia y vulnerabilidad socioeconómica.
Por otro lado, Sofía Barreto, investigadora del observatorio, señaló que, aunque Colombia está en un periodo de bono demográfico, la mayoría de los pensionados son hombres, lo que refleja la desigualdad de género en el acceso a la seguridad económica en la vejez.
Según el estudio, la falta de ingresos laborales y pensionales en la vejez está fuertemente asociada con condiciones de dependencia económica, lo que lleva a los adultos mayores a dedicar más horas a tareas no remuneradas en el hogar.
“En Armenia cada vez se ven más adultos mayores que se ven en los parques, en las calles, incluso en los barrios sentados en los andenes a la espera de que algún vecino lo necesite para que le haga un mandado o le ayude a lavar el andén, el baño o alguna otra tarea”, expresó a QUINDÍO NOTICIAS doña Aleyda, habitante de Armenia y quien frecuentemente le pide ayuda a un hombre de unos 68 añospara hacer diferentes tareas y mandados.
Finalmente, doña Aleyda hizo un llamado a las autoridades locales para que implementen estrategias más efectivas que porten a la seguridad de la población mayor y “no tengan que estar esperando también que alguna persona los requiera para realizar las ateas del hogar ante la falta de oportunidades laborales y el rechazo que les dan por su edad”.
FUENTE QUINDIONOTICIAS.COM