

Con la salida de Dídier Pino hacia al América de Cali, Deportes Quindío configura una desarmada dañina de cara a su presentación en la Primera B. Pino, al que solo le restaría pasar los exámenes médicos para convertirse en ‘diablo rojo’, se suma a Jackson Montaño, Jáder Quiñones, Mateo Garavito y Brayan Ceballos, que ya hacen parte de otros planteles.
Tal es el desconsuelo de muchos de los hinchas de la institución, que incluso algunos han llegado a lamentar que jugadores como el defensa central Jesús Figueroa, que continuará en la institución, no haya tenido la oportunidad de irse a un club donde se pueda proyectar.
Ayer el club anunció, además, que no contará con Mauricio Cortés, Jefferson Sánchez, Olmes García, Darío Rodríguez, Yéiner Orozco, al igual que el venezolano Carlos Sosa y el preparador físico Vladimir Galindo.
El inconformismo radica en la certeza que existe entre los seguidores del milagroso de lo poco que se puede esperar de un grupo que ha sido debilitado en todas sus líneas justo cuando cayó a la segunda división.