Con la voz entrecortada y aún con las imágenes grabadas en su mente, uno de los sobrevivientes del trágico accidente ocurrido el sábado 24 de mayo en el puente helicoidal de Calarcá relató los angustiantes segundos que vivió dentro del bus justo antes del impacto. Su testimonio, desgarrador, revela el terror que sintieron los ocupantes al saber que se quedaban sin frenos a pocos metros de llegar a su destino.
“El chofer nos avisa ya cuando se queda sin frenos, y todo el tramo venía bajando bien… ya llegando a Calarcá fue que el chofer va diciendo que sí, definitivamente nos quedamos sin frenos. Y el profesor Daniel, que en paz descanse, nos dice: ‘Muchachos, agárrense duro, agárrense duro que nos quedamos sin frenos’”, narró con un nudo en la garganta.
El momento se tornó irreal. El joven estudiante recuerda cómo esas palabras los paralizaron: “Esas mismas palabras lo asustan a uno. Uno piensa que va a perder la vida. Muchos no sabían qué hacer. Yo sinceramente creí que el bus iba a irse de largo al vacío… que esa era la última vez que iba a estar ahí con vida”.
En medio del caos, su instinto fue uno: resistir. “Yo me puse mis cosas, me aferré a la silla. No me aferré a nadie, solo a la silla, y esperé el impacto. Cerré los ojos… y fue duro, el golpe fue muy duro. Cuando los abrí vi cómo pasaba todo en rapidez…”.
Con el cuerpo aturdido y el alma temblando, logró salir del bus. Aún sin comprender del todo lo ocurrido, empezó a mirar a su alrededor, a buscar rostros conocidos. “Conté a los compañeros con los que yo siempre mantengo… a ver quién faltaba. Los estuve mirando. Y ahí fue cuando noté que faltaba uno… fue el que cayó al vacío”.
El joven concluye con una reflexión cruda pero certera: “Nadie cree que eso le va a pasar a uno. Nadie está libre de que le pase cualquier cosa”.
Este testimonio, como tantos otros que empiezan a conocerse, muestra la magnitud emocional de la tragedia. No solo por las vidas perdidas, sino por las heridas invisibles que aún cargan los sobrevivientes, esos que lograron salir con vida, pero con el alma marcada para siempre.
Fuente: Quindío Noticias